Debo reconocer, que mis intenciones al comenzar esta carrera, e incluso en los años previos, distaban mucho a mis actuales pensamientos. Mi idea del médico era siempre vista desde fuera, desde la posición de paciente, del acompañante o del mero visitante. Mis contactos con la medicina (¡y esto lo digo refiriéndome incluso a los dos primeros años de carrera!) se limitaban a visitar muy de vez en cuando una sala de espera abarrotada de pacientes más o menos educados, más o menos pulcros, más o menos amables; veía la figura del médico siempre con admiración, pero la del paciente con cierto temor. Y todo eso, sin añadir el impacto de las múltiples noticias sobre agresiones, demandas y supuestas negligencias médicas que nos bombardean día si y día no en medios de comunicación. Así que, sí, comencé la carrera con la idea de ser médico forense, argumentando siempre que “por lo menos los muertos, no dan tantos problemas como los vivos” o “quejarse, no van a quejarse”.
Pero a medida que han ido pasando los años, he comenzado a ver esa figura del paciente desde otros ojos, detrás de una bata blanca, o mejor dicho, dentro. Comencé en 3º a tener los primeros contactos con el paciente, con sus familiares, con el sufrimiento, con la incertidumbre; todo ello, desde el otro lado; y eso que no puedo decir que mis prácticas en tercer curso fueran gran cosa. Fue entonces cuando deseché la idea de dedicar mi vida a las autopsias, y empecé a plantearme la de dedicarme al paciente que se queja, al que sufre, al que da “problemas”, al que si que tiene esperanzas aún. Pero en ese momento, empezó esa gran duda que todos, o la gran mayoría tenemos: ¿qué especialidad?
Cuando me preguntan que a qué me dedico, o qué estudio, y contesto que medicina, automáticamente me preguntan ¿y te vas a especializar? Que después de llevar alrededor de 3 años contestando que hoy en día todos, o casi todos los médicos tienen que especializarse, y te adelantas a la siguiente pregunta respondiendo “incluso los médicos de familia” (día a día veo que la gente sigue sin valorar a estos Licenciados en Medicina y especializados en Medicina Familiar y Comunitaria), llega un momento en el que te limitas a decir, “ si, si, me voy a especializar”; bueno, pues, mi respuesta siempre ha sido la misma: uhm, pues aún no sé, me gustan tantas... Pero el problema de que me gusten tantas, es que a todas les veo sus pequeños defectos, y la balanza sigue sin decantarse.
A lo largo de mis rotaciones en prácticas, he conocido médicos que siempre han querido ser cirujanos; internistas, que siempre han querido ser “médicos” puros; y yo me he visto inmersa entre ambos. De medicina interna (infeccioso), a ginecología; de ginecología, a ORL; de ORL, a máxilo; de máxilo, a derma; de derma, a trauma; y cirugía cardiovascular, y angiografía y cirugía vascular, y urología, y de nuevo ORL, y otra vez derma... De momento parece que me voy centrando en el área quirúrgica, ¿no lo parece?
Y lo cierto es que cada vez veo más cerca el momento, ese momento del que todos hablan en el que pulsas un botón y marcas tu vida. Yo de momento me quedo con ORL (ya contaré en otra entrada el porqué), con cierto temor, eso sí, de que mis dedos no sean lo suficientemente hábiles o de que mi tensión no aguante las largas horas de pie en quirófano, pero con muchas ganas de, al menos, intentarlo.
4 comentarios:
Es sin duda la pregunta del millón en este último año. Yo te veo vocación cirujana, ya sea como ORL o como cualquier otra especialidad "abregente" :P, y espero de corazón que lo consigas (así tendré enchufe ^^).
La verdad es que estar en 6º sin al menos, un idea más o menos clara, es algo desconcertante. Yo me conformo con ser buena médica y sobre todo, muy humana, ¡qué ya es pedir! Al fin y al cabo, el hecho de que me gusten tantísimas especialidades quiere decir que me gusta lo que hago, ¿no? :)
qué grandísimas verdades dice nuestra merxi! yo navego en la indecisión, y es que aún me queda mucho por ver!
Al menos, intento mostraros mis sentimientos e ideas. Te acosejo que intentes ver el máximo, xq hasta que algo no se ve, no te gusta (te lo digo como experiencia propia con la maxilofacial) :)
Publicar un comentario